
El Ausente, ¡Presente! de Vicente Sánchez-Biosca analiza la construcción del carisma cinematográfico de José Antonio Primo de Rivera, mostrando cómo la imagen del fundador de la Falange trascendió lo político para alcanzar una dimensión casi sacra. A través del cine y la estética visual, la figura de José Antonio se configura como símbolo de pureza, entrega y destino, entre el líder terreno y el mártir eterno.